En una accidentada y bochornosa sesión en la que no faltaron adjetivos de grueso calibre y empujones, la bancada aprista apoyada por el fujimorismo, pese a sus esfuerzos, no logró -por segunda vez- que el ex decano del Colegio de Abogados de Lima (CAL), Walter Gutiérrez, sea designado como Defensor del Pueblo en reemplazo de Beatriz Merino.
El altercado se produjo cuando la Mesa Directiva, presidida por el legislador aprista César Zumaeta, demoró el cierre de votación. Ello fue interpretado por la oposición como un intento de ganar tiempo para que lleguen otros legisladores aliados que pudieran apoyar el intento del oficialismo de imponer a su candidato.
La demora en el cierre de votación se prolongó por 20 minutos. Hasta ese momento sólo había 74 votos a favor de la candidatura de Walter Gutiérrez, la Comisión Especial para elegir al Defensor necesitaba 81 votos. Había 24 en contra y seis abstenciones.
La tensa espera provocó la reacción de los miembros de la bancada nacionalista, quienes le exigieron al presidente del Congreso cerrar la votación. Zumaeta no hizo caso y abandonó la Mesa Directiva, dejando en su lugar al vicepresidente, el fujimorista Alejandro Aguinaga, quien siguió alargando la sesión.
Las parlamentarias Nidia Vílchez y Luisa María Cuculiza, del Apra y del fujimorismo, respectivamente, se acercaron al legislador Víctor Andrés García Belaunde para convencerlo de que no cambiara su voto a favor por uno en contra, como finalmente lo hizo. Al igual que él también modificó su voto el congresista de UPP, Oswaldo Luízar, quien primero votó a favor y luego se retractó.
A EMPUJONES
Fue entonces que el congresista de UPP, Edgar Raymundo, quiso poner fin a la intriga de los votos y subió al estrado de la Mesa Directiva para exigirle a Aguinaga que cierre la votación, provocando la airada reacción del parlamentario de Unidad Nacional, Raúl Castro, quien a gritos lo instó a descender. Ante la negativa decidió subir al estrado para increparle directamente su actitud.
Pero lejos de apaciguar los ánimos, incrementó la indignación. Su acto fue seguido por otros ‘padres de la Patria’ que acudieron, unos en apoyo de Raymundo, y otros, de los miembros de la Mesa Directiva. Lo que empezó como emplazamientos terminó en empujones y codazos.
El conato de trifulca hizo que Zumaeta retornara y pidiera calma para continuar con la votación, cuyo resultado final y, a pesar de la inusitada espera, fue de 77 votos a favor, 24 en contra y seis abstenciones. Es decir, Walter Gutiérrez no fue elegido Defensor del Pueblo.
De inmediato, los apristas insistieron en acusar al nacionalismo de impedir la elección de Gutiérrez y los acusó de buscar un Defensor “a la medida del próximo Gobierno”. Su compañero de bancada, Jorge del Castillo, en tanto, los calificó de autoritarios.
Al término de la acalorada sesión, Raymundo dijo que su molestia fue porque Zumaeta quiso votar a favor estando impedido de hacerlo. Recordó que sobre el referido candidato Gutiérrez pesa una denuncia fiscal por haber manejado supuestamente mal 270 mil dólares como titular del Colegio de Abogados.
A pocos metros, el congresista aprista Wilder Calderón, quien recibió un empujón, repetía que los nacionalistas se portaron como unos “carneros cuando suben al monte”.
El legislador aseguró que la espera en cerrar la votación fue para esperar la llegada de algunos congresistas como Fabiola Morales de Unidad Nacional. Su respuesta motivó las dudas de la prensa, pues la justificación que dio Luis Gonzales Posada era que la votación se retrasó para esperar a los parlamentarios de Puno que atendían la problemática aymara.¡Qué vergüenza! | Diario16
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