Solicitar un préstamo puede ser una decisión adecuada que ayudará a cumplir objetivos útiles, como comprar una vivienda, una casa, un artefacto o hasta costear los estudios.
La clave es no dejar que ese crédito se transforme en una deuda que tome por asalto nuestras finanzas personales. No permita que los intereses por la falta de pago se conviertan en una bola de nieve que podría terminar aplastándolo.
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